Hace 15.000 millones de años
Uno se siente tentado de decir 15.000.000.000 a. J.C., pero eso sería realmente una insensatez. La diferencia entre hace 15.000 millones de años y 15.000.000.000 a. J.C. no llega a los 2.000 años, ¿y qué son 2.000 años entre 15.000 millones?
Además, el año del que ahora me estoy ocupando no es seguro. Es una aproximación, y podría llegar a los 20.000 millones. Sin entrar en mayores disquisiciones, digamos que hace unos 15.000 millones de años nació el universo, y que continuaré utilizando la forma verbal «hace» hasta que lleguemos a tiempos mucho más próximos al presente.
Como es natural, no podemos retroceder en el tiempo para determinar cuándo y cómo sucedió; debemos limitarnos a estudiar el universo tal como es hoy en día y, a partir de él, tratar de deducir cómo se originó.
Mediante la observación, sabemos que el universo consiste en enjambres de galaxias, cada uno de ellos conteniendo desde unas pocas docenas a unos millares de galaxias individuales. Cada galaxia, a su vez, es un enjambre que contiene desde unos miles de millones a algunos billones de estrellas.
Todos estos enjambres parecen alejarse unos de otros, a juzgar por la naturaleza de la luz que nos envían. Si mirásemos hacia atrás en el tiempo (como en una película que retrocediera en lugar de avanzar), veríamos los enjambres de galaxias aproximarse más y más entre ellos. En algún momento del pasado, debieron existir como una bola de materia extremadamente densa, que estalló y dio origen al universo en expansión que ahora existe.
Este origen del universo, como un volumen de materia relativamente reducido que estalló, lo propuso por vez primera en 1927 el astrónomo belga Georges-Henri Lemaître (1894-1966). La explosión fue denominada big bang en 1948 por el físico rusoamericano George Gamow (1904-1968).
Casi todos los astrónomos aceptan en principio el big bang, pero el tiempo real sólo se conoce aproximadamente. Los científicos debaten asimismo los detalles acerca de lo que sucedió en los instantes inmediatamente posteriores a la explosión, pero este extremo no tiene por qué preocuparnos aquí.
Una pregunta que todo el mundo tiende a formular a propósito del big bang es la siguiente: ¿de dónde procedía la «gotita» original que estalló? En este punto nos vemos forzados a admitir que la única explicación posible es que fue creada por alguna fuerza o entidad que se halla fuera de las que consideramos leyes de naturaleza. ¿Se trata, acaso, de algo «sobrenatural»?
No necesariamente. En 1973, el físico norteamericano Edward P. Tryon sugirió que, de acuerdo con la teoría cuántica (una de las dos teorías básicas que explican de manera satisfactoria el universo), es posible que la gota inicial procediera sencillamente de una «fluctuación cuántica» en el vacío.
Tampoco esta vez los detalles deben preocuparnos. Digamos simplemente que el universo parece haber nacido hace 15.000 millones de años en virtud del funcionamiento de la ley natural.